jueves, 8 de octubre de 2009

La Buena Suerte

Día 2

Hoy tocaba renovar la tarjeta de desempleo, la ventaja es que puedes hacerlo vía Web si tener que hacer acto de presencia en la oficina del INEM, pero como el trámite no es claro, o más bien que siempre quieres estar completamente seguro de que todo es correcto, al final me pasé para confirmar la renovación.
Ir a una oficina del INEM ofrece una gran oportunidad de ver y escuchar. Puedes encontrar todo tipo de situaciones personales: gente haciendo cola desde primera hora de la mañana, donde observas muchas miradas cabizbajas, dudas, temores, sentimientos de fracaso. Aunque hay gente que no se le caen los anillos por nada, como trataban de mostrarnos en un programa de televisión ayer por la noche, exponer nuestras miserias o fracasos en público nos da sobre todo vergüenza.
Uno de los principales factores en la búsqueda de tu buena suerte es la confianza en uno mismo. Estoy de acuerdo, pero esa confianza debe estar basada en realidades, en poder demostrar tus capacidades y en este mundo competitivo que nos toca vivir en muchas ocasiones te juzgan por tus debilidades.
Pongo un ejemplo otra vez de ese circo tan variopinto que es la televisión. Se trata de un nuevo programa donde “reclutan” a jóvenes talentos para participar en desafíos semanales en el mundo de los negocios con el objetivo de que únicamente uno de ellos sea el triunfador y obtenga como premio “el trabajo de su vida”….
En la prueba de la segunda semana, se decide entre tres miembros del equipo perdedor quien debe ser expulsado, y el resultado es obvio antes de que te lo muestren. Tres personalidades diferentes: el líder, joven, aturdido por perder la prueba de la semana, incapaz de ofrecer un discurso convincente para su defensa a pesar de haber demostrado que le han pisado el rol de líder. A su lado el arrogante, poseedor de una autoconfianza insultante, todas sus intervenciones son exclusivamente para vanagloriarse de su talento y declararse claro vencedor del concurso, es quien da morbo al programa, por supuesto es también quien hace la crítica despótica al líder y quien asume ese papel. Hay un tercer concursante nominado que pasa desapercibido: “ni chicha ni limoná”.
Durante la intervención del empresario que dirige el programa con dos ayudantes, plantea la interesante cuestión de la inteligencia racional y la inteligencia emocional, podéis adivinar cual se otorga a nuestro concursante arrogante. Y haces un discurso donde ensalzas la capacidad de tener inteligencia emocional, y por supuesto no prescindes de quien carece de ella, ¿adivináis quien se fue? Y aunque puede parecer un ejemplo algo extremo por ser un programa de televisión, ¿el mundo real de los grandes negocios es para quienes carecen de escrúpulos, arrogantes y exentos de inteligencia emocional? Parece que es lo que nos quieren decir.

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